Cierta ocasión tuve la oportunidad de entrevistar a Iñaki Anasagasti, eterno parlamentario y senador del PNV, figura mediática y nombre popular en el panorama político de Euskadi. Varios fueron los temas que tocamos: la violencia de ETA, el proceso catalán, las perspectivas del nacionalismo vasco... y por supuesto la Guerra Civil. El padre de Iñaki Anasagasti , militante del PNV y combatiente en la contienda militar, tuvo que exiliarse a Venezuela por motivos políticos tras la victoria del bando nacional. Es por ello que cuando tocamos ese palo, Anasagasti se erigía como defensor de la segunda república y partidario de una nueva república confederada. Es evidente que Anasagasti está en posesión de toda autoridad moral para defender la II República española, al haber sufrido los efectos más duros de la derrota republicana en sus carnes. Sin embargo, su partido, el PNV, debería tener cautela a la hora de darse aires de magnificencia defendiendo la causa republicana.
Cartel agitativo del PNV (1937) |
El catedrático de Historia Contemporánea de la UPV/EHU, Jose Luís de la Granja Sainz, famoso historiador experto en nacionalismo vasco da una imagen del PNV muy controvertida en su posicionamiento en favor de la república tanto durante su advenimiento como tras el antidemocrático golpe de estado. El PNV se había declarado "no posicionado" tanto en la pugna ideológica entre monarquía y república en abril de 1931 como en la Revolución de Asturias de 1934. Cuando llegó 1936 y los reaccionarios militares dieron un golpe de estado, era una obligación moral del partido posicionarse. Mientras que el resto de actores políticos nacionalistas se posicionaban sin dudas en favor de la República, en el seno del partido fundado por Sabino Arana se dio un encarnizado debate. Finalmente la imposibilidad de defender la soberanía del pueblo vasco frente al chovinismo españolista exacervado de los militares, hizo que la razón venciese y que el PNV apoyase a la República. El haber pactado con el gobierno de la República la realización de un estatuto de autonomía ayudó a decantar la balanza.
Cartel patriotico vasco que aboga por la autarquía de "Euzkadi" |
En Navarra y Álava el golpe de estado triunfó por la evidente fuerza que los carlistas dirigidos por el General Mola tenían en ambos territorios. Mientras tanto, la resistencia obrera en Guipúzcoa y Vizcaya hizo posible el fracaso de la causa antirrepublicana. Dichas plazas estuvieron controladas durante el verano de 1936 por el Frente Popular, dejando relegada a un segundo plano la actividad política del Partido Nacionalista Vasco. Durante este período, el partido tuvo una actividad pasiva y dedicó sus esfuerzos a salvar al clero de la ansias de venganza de los obreros vascos. Todo cambió una vez iniciado el proceso autonómico de creación del estatuto vasco. El PNV dominó la representación institucional y fue entonces cuando se volcó activamente en la guerra, pese a que la Santa Sede considerase su posicionamiento contrario a los intereses de la Iglesia. Reclutó, durante este tiempo un elevado número de batallones que mantuvo siempre bajo sus órdenes y nunca mezcló con el resto de ejércitos.
Batallón del PNV durante la Guerra |
Es por estas causas por las que observamos un apoyo interesado y partidista a la República por parte del PNV. No una lucha por la libertad y el derecho democrático del pueblo español de decidir su propio destino. Por supuesto siempre criticando desde el juicio a las direcciones del partido y su toma de decisiones que fueron altamente proselitistas. A pesar de todo siempre habremos de reconocer la labor antifascista del pueblo vasco y de los miles de miltantes del PNV que durante la contienda bélica dieron sus vidas a una causa que estaba amparada por la mayor de las justicias: la del pueblo.